Encuentro por la Democracia y la Equidad y Encuentro Popular realizaron una exitosa Jornada de construcción política
Santa Teresita
El Instituto de Estudios Públicos de Encuentro por la democracia y la equidad – partido político en el cual uno de sus máximos referentes es el intendente de Morón, Martín Sabbatella - y Encuentro Popular del Partido de La Costa generaron desde su construcción política un espacio público de discusión e intercambio de experiencias para el razonamiento crítico de la realidad política y social de la Argentina, tanto en el ámbito local, provincial y nacional.
Con la asistencia de sesenta personas se desarrollo el Taller de debate abierto en la Asociación de Microempresarios y Prestadores de Servicios en Santa Teresita, a cargo del Instituto de Estudios Públicos de Encuentro por la democracia y la Equidad. Esta jornada de ocho horas de duración instó a generar un espacio común para debatir ideas sobre la resignificación de los conceptos de democracia, participación ciudadana, igualdad y libertad y a fortalecer las herramientas para agudizar el pensamiento crítico de la realidad política y social. A partir de allí quedó encuadrada la necesidad de recuperar e integrar una ciudadanía informada, participante y activa para la acción política. Solo de este modo se podrá recuperar la confianza perdida en las instituciones del Estado y en la actividad de los partidos políticos. Ambos componentes son fundamentales para mejorar el sistema democrático como forma de organización social.
Los integrantes de los talleres volcaron sus experiencias particulares con respecto a sus gobiernos locales, - debido a que varios participantes provenían de distintos distritos de la región – para intercambiar experiencias y encontrar mecanismos que integren a la sociedad en los ámbitos gubernamentales donde se desarrollan las decisiones políticas. En este punto se hizo hincapié que en la actualidad es indispensable para el sostenimiento de un sistema democrático participativo aumentar la inserción de la comunidad en la actividad política de los gobiernos. Esto no solo establece mecanismos transparentes de gestión sino también de control ciudadano.
Con respecto a la participación ciudadana se aclaró, - para que no quede en clisé discursivo – que el proceso participativo de la ciudadanía comienza en la detección y priorización de las problemáticas comunes, la construcción de un procedimiento para su solución, la decisión en conjunto de llevarlo a cabo y la tarea de evaluación y control del plan ejecutado.
Por otro lado estos talleres dejaron ver la importancia de recuperar espacios públicos de discusión política para desarrollar una actividad seria y con contenido social, donde todos y todas forman parte de esa construcción en común, entendiéndola como un proceso constante y en evolución, con rotación de liderazgos. Diferenciándose de otras prácticas políticas donde se invita a participar a la ciudadanía desde estructuras partidarias armadas, rigidizadas, viciadas y vacías de contenido a través de la dependencia que produce el asistencialismo y en las cuales se venera a un líder histórico sometiéndose a sus propias decisiones según los intereses de su estructura partidaria y no sobre los interés del bien común, que integre e incluya a una sociedad que demanda con mayor frecuencia ser tenida en cuenta.
Otro de los puntos que resultaron de este encuentro es la gran desconfianza que la mayoría de la gente siente con respecto a los partidos políticos y a las instituciones del Estado. El proceso de degradación que ha sufrido la política Argentina en estos últimos treinta años, lleva al razonamiento colectivo de asociar política con corrupción. En muchos casos justificado pero no en todas sus dimensiones, ya que existen construcciones políticas, organizaciones civiles y militantes de diversos partidos políticos que actúan y luchan por convicciones y principios.
Exposición del Dr. Sergio Zurano
El Dr. Sergio Zurano es el subsecretario de Modernización y Transparencia de Estado de la municipalidad de Morón, quien contó a través de la experiencia de ese municipio como se implementan medidas innovadoras en la gestión local:
En marzo de 2004 el presidente del Consejo Escolar, José María Vittorio conjuntamente con el intendente Martín Sabbatella y el presidente del Concejo Deliberante Adrián Grana firmaron conjuntamente con el director de la Fundación Poder Ciudadano – Capítulo Local de Transparencia Internacional- Carlos March, un Acuerdo de Compromiso Público de Transparencia de Gobierno para llevar adelante el “Programa Discrecionalidad Cero”.
A partir del convenio se implementaron normativas para asegurar transparencia en la gestión y participación ciudadana.
El compromiso público que los tres estamentos del gobierno comunal suscribieron con la Fundación Poder Ciudadano es inédito en el país y forma parte de la lucha permanente contra la corrupción y comprende varias líneas de acción.
Entre ellas, se destacan:
Presentación de las declaraciones juradas patrimoniales del intendente y los secretarios, concejales y consejeros escolares.
Acceso a la información presupuestaria, con el fin de garantizar la rendición periódica de cuentas y el monitoreo de los ciudadanos en la ejecución del presupuesto.
Resumen de gestión, a través del cual el Municipio comunica las distintas políticas públicas que lleva adelante en las diferentes áreas. Asimismo, el Concejo Deliberante presentará un resumen anual de su labor parlamentaria.
Creación de Defensor del Pueblo del Municipio de Morón, que tiene como propósito defender y promocionar los derechos e intereses de los ciudadanos de Morón.
Reglamentación del procedimiento de Audiencias Públicas para el tratamiento de las cuestiones de mayor trascendencia para la comunidad, con el fin de confrontar de forma transparente y pública las diferentes opiniones. Defendiendo aspiraciones ( a dónde se desea llegar) y contrastándolas con la realidad ( donde se está realmente)
Licitaciones Públicas A efectos de transparentar el sistema de contrataciones del Municipio, se da a conocer el Pliego de Bases y Condiciones y la totalidad de la información referente a las Licitaciones Públicas a las que se convoca.
Estas medidas puestas en práctica - sumadas a otras como la Oficina Anticorrupción, la Comisaría de la Mujer, entre otras que no estan dentro del "Programa Discrecionalidad Cero"- lograron fortalecer el vínculo entre comunidad e instituciones del Estado. La participación de la ciudadanía en las decisiones políticas de la gestión devuelve paulatinamente la confianza perdida en la administración comunal. A la vez, revaloriza y sostiene la creatividad surgida desde el seno de la comunidad con relación a soluciones de asunto público. Lograr establecer estos lazos y reforzarlos permite demostrar que existen nuevas formas de gobernar devolviendo a la sociedad los derechos, valores y principios de equidad, que el Estado debe brindar y garantizar a toda la ciudadanía. Así como también redefine el sistema democrático transformando la democracia representativa en democracia participativa, con decisiones ciudadanas en el diseño e implementación de las políticas públicas y ofreciendo nuevos espacios de ejercicio ciudadano sin acotarlo solamente a un acto electoral
El Dr. Zurano aclaró que “esto no se trata de una tarea sencilla, ni de una receta mágica. Hoy Morón ve los resultados positivos luego de seis años de trabajo constante en la distribución de la información y en el permanente acercamiento del estado comunal a hacia los ciudadanos”.
Estos mecanismos permiten establecer qué comunidad queremos, cómo queremos que sean nuestros gobernantes y qué políticas sociales se llevan a cabo para mejorar la calidad institucional y la calidad de vida de los habitantes. A partir de políticas transparentes se podrá realizar una reforma política profunda y ordenar el sistema de partidos y de elección de nuestros candidatos.
Exposición de la Lic Sandra Guimenez
La socióloga Sandra Guimenez pertenece al Ministerio de Desarrollo Social, es docente e investigadora de la UBA. El disparador de su análisis fue reflexionar sobre la necesidad de crear nuevos sentidos en el imaginario sobre la noción de ciudadanía.
En su exposición realizó un recorrido histórico desde el Estado de Bienestar, en el cual el acceso a un puesto de trabajo formal por parte del jefe de hogar, se presentaba como la posibilidad para el resto del grupo familiar de acceder a la satisfacción de las necesidades, a una red de seguridad social y un horizonte posible de ascenso social. En este sentido, la consagración como ciudadano provenía de la integración al mercado de trabajo.
Luego de las graves consecuencias del gobierno dictatorial de los 70 y la degradación social sufrida en los 90, con sus altos índices de pobreza y desocupación marcados por el modelo neoliberal, la ciudadanía quedó aun mas relegada. El achicamiento del Estado y la competitividad laboral delinearon un individualismo feroz y desintegrador para pensar en proyectos colectivos a largo plazo. Generando sujetos indefensos, dependientes y resignados a través de planes los planes sociales, sin autonomia para decidir sobre su vida y pensamiento, neutralizando toda participación constructiva para la acción política.
Con las transformaciones que se llevaron a cabo, entró en crisis la preeminencia de la relación salarial, que se había transformado en eje integrador para la sociedad, no sólo por los abultados índices de desempleo sino también, por una política de Estado que dejó a los sujetos librados a su suerte (por la implementación de políticas y sanciones normativas que apuntaron a desproteger ex profeso antiguos derechos adquiridos).
Se produjo el pasaje de un modelo que consideraba conjuntamente el rol y lugar de ambas políticas (la social y la económica), a otro modelo que prioriza, jerarquiza y concibe la política económica como respuesta a las necesidades del mercado y se la define estrictamente en función de los intereses de los sectores dominantes y las exigencias de los organismos internacionales. En cambio, la política social pasa a expresar la desatención de las necesidades sociales al tiempo que se redefine en base a una concepción puramente asistencialista dejando, de esta manera, de ser vista como una inversión a futuro y se la ve solo como un gasto del Estado.
Las acciones llevadas a cabo durante la década en tratamiento, tendieron a adecuar la fuerza de trabajo a las necesidades del mercado y de la producción. Por ello, la política social experimentó un pasaje desde la seguridad y protección de los trabajadores, a la implementación de políticas focalizadas para atender a sujetos carentes de trabajo.
En la implementación de esos planes se justificaba la necesidad de realizar políticas hacia los sectores necesitados con eficiencia y eficacia, lo que en la práctica significaba atender a la mayor cantidad posible de gente con la menor cantidad y calidad de recursos.
Estos planes no universales, trajeron varios efectos muy perversos, entre ellos la situación altamente desfavorable que se expresa en el pasaje de la anterior dependencia del mercado para la realización de las condiciones de vida a una doble dependencia que se expresa ya no sólo respecto del mercado, sino también del Estado. Con esto referimos a miles de sujetos apremiados por su situación de desocupación, inestabilidad laboral, nulos y/o escasos ingresos, se vieron y se ven imposibilitados de entrar al mercado de trabajo de donde no eligieron salir. Por lo tanto les queda como única opción acceder a un “plan social” del Estado que le permitiera siquiera, cubrir cuestiones vitales mínimas para lo cual deben recurrir muchas veces a la intermediación de algún dirigente, funcionario, político para acceder y permanecer como “beneficiario”. Esta tensión entre no poder entrar al mercado y depender de los favores y discrecionalidad del Estado o de ciertos dirigentes políticos para tener un plan social (ya que los planes no son otorgados como cuestión de derecho sino como favor) afecta claramente la autonomía de quienes están en esta situación. Y decimos que se afecta su autonomía y desarrollo de ciudadanía porque no pueden realmente elegir, están aprisionados entre un extremo (el mercado) y el otro (el Estado).
Nos lleva a sostener una mirada crítica sobre las políticas sociales hoy efectivamente implementadas y nos obliga a pensar en el desafío que implica construir nuevos sentidos para arribar a una nueva situación, en la cual la revalorización de las condiciones de ciudadanía, sea priorizada antes que la de “beneficiario” y también antes que la de “trabajador”.
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